En Mallorca se encuentra una
cavidad de gran belleza llamada Cueva del Pirata y aún es posible recordad el
origen de su nombre. Unos piratas desembarcaron hace más de dos siglos en el
lugar mallorquín llamado (Son Forteza). Pero tuvieron mala suerte: fueron
descubiertos y tuvieron que volver a embarcar a toda prisa. Uno de ellos, sin
embargo, estaba herido y tuvo que refugiarse en una cueva para no caer en manos
de sus perseguidores. Allí dentro se vendó las heridas como pudo y resistió
varios días bebiendo la leche de las cabras que entraban en la gruta. Cuando
salió de ella por fin, subió a una roca para ver si podía divisar el barco de
sus amigos piratas. Como no vio ninguna vela en el horizonte, le entraron una
gran pena y un enorme miedo. Tan perdido se vio, que le dio un ataque de
debilidad y se cayó al agua. Unos pescadores lo recogieron y lo ayudaron a
recuperarse por completo. Entonces les contó su historia sinceramente y los
pescadores pensaron que era un buen hombre a pesar de todo y le invitaron a
quedarse en la isla. Con el tiempo llegó a casarse con la hija del dueño de (Son
Forteza) y vivió largos años querido por todas las gentes de Mallorca.